viernes, 18 de enero de 2013

Propósitos 2013



Otro año que pasó, en el cual muchas listas de propósitos quedaron incompletas. 
Dejar de fumar, pasar más tiempo con la familia, comer más sano, leer más y pasar menos tiempo en el Facebook. 

Hacer ejercicio, redecorar la casa, ahora sí sacar a pasear a Firulais. Retomar los propósitos no cumplidos en el 2012 por supuesto. 

En fin, es una larga lista de propósitos para este 2013. Pero estadísticamente, ¿cuántos de esos propósitos cumplimos? ¿Con cuántos de esos propósitos somos constantes durante el año? 

Por naturaleza, los programas de nuestra mente están habituados a seguir patrones de conducta que nuestro cerebro arraiga fuertemente. Generalmente estos hábitos no son positivos y/o tienden a sabotear, por ejemplo, nuestra lista de propósitos. El 88% de nuestros propósitos terminan en fracaso (ya sabemos que el ejercicio encabeza el porcentaje). Nuestra fuerza de voluntad tiende a ser débil frente a esos famosos hábitos. 

Y si nuestra voluntad tiende a ser débil, es porque precisamente se apoya en la mente, ¡la fuente misma de los hábitos! La mente generalmente vive cansada. Se agota de tanto pensar, de tanto pelear, de tanto tratar de entender. Y cuando se requiere de ella para hacer equipo con la fuerza de voluntad ¡PUUFF! Revienta y cae lentamente en todo lo contrario a la famosa lista de propósitos. 



Empieza a dar indicaciones, cansada, y enredada en sus antiguos hábitos. "Una cucharadita de helado nada más", "Hoy Firulais se ve tan tranquilo en su tapete que no saldremos a caminar, pobre, lo dejaré descansar", "Mejor le llamo a mi mamá por teléfono, ni que no me hubiera visto hace dos semanas"....etc. 

Y así es como lentamente nuestra lista de propósitos se va haciendo más corta y se pospone; el mundo no se acabó, así que en el 2014 tal vez logre todo. 

Entonces, ¿cómo hacemos para cumplir nuestros propósitos? 
¡Es muy sencillo! 

Si los hábitos ya tienen cuadritos de tanto reírse de tus listas, si una mariposa es más fuerte que tu fuerza de voluntad, y si el Himalaya está más cerca de ti que cumplir tus metas, es momento de darle unas bien merecidas vacaciones a tu mente! Sí, todo pagado, todo incluído, un constante descanso en el resort más codiciado de todos: La Paz Interior. 

Pero, ¿cómo lograr paz interior? ¿para qué la quiero? 

Cuando tu mente y tu Ser descansan en paz, en amor, en libertad, automáticamente la vida se vuelve fluida, sencilla y ligera. Y cuando vamos por la vida ligeros, sin preocupaciones, sin culpas, somos capaces de realizar los propósitos que deseemos. Tanto así que alguien como yo, es capaz de cocinar, mantener un cajón de ropa en orden y limpiar la casa con todo el gusto y el amor del mundo. 

Entonces, tal vez, éste 2013 quieras hacerle un ajuste a tu lista de propósitos e ir primero por la paz, por la claridad, por la tranquilidad. 

Y la mejor noticia, es que tú ya tienes las herramientas para mandar de vacaciones a tu mente, constantemente. Las técnicas de Ascensión. 

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